A este bizcocho marmoleado le he tenido que quitar la bola de helado a última hora para añadirle un vaso de leche bien caliente, ¡¡¡QUE FRÍÍÍÍÍÍÍÍÍOOOOOOOOOO!! Ya ves como me gustan las recetas sencillas, ricas, caseras, y a poder ser con chocolate. Esta es una de esas recetas que yo llamo del día a día. Ahora que tanto se lleva la repostería creativa, que cuanto más espectacular es la receta mejor, yo voto por la sencillez (de nuevo), no digo que no me guste ese tipo de repostería, faltaría más, pero desde Hoja de Menta también queremos darle cariño a la repostería más tradicional. No se si os pasa lo mismo que a mi, que cuando estoy haciendo este tipo de bizcochos que no requieren ninguna técnica especial, me recuerdan a esas madres y tías a las que la repostería moderna les parece un tren que va muy deprisa, y me da nostalgia…
Si, lo reconozco, cada vez me cuesta más ponerme a cocinar, sin embargo hay algo que me empuja a hacerlo. En primer lugar tu. Somos cada vez más y eso me reconforta enormemente. Saber que las recetas de Hoja de Menta te gustan, son útiles y las pones en práctica es para mi una alegría muy grande.
La otra gran motivación la llevo dentro de mi. Según dicen los que saben de esto, en la semana 27, que es en la que estoy, ya pueden reaccionar a los sabores que me como. Sabiendo esto, no puede pasar una semana sin que mis chicos prueben alguna receta de Hoja de Menta, vamos a ver si es verdad eso que dicen….
¿Y tu? ¿También reaccionas cuando le das a tu paladar lo que tu cerebro ordena?
Bizcocho marmoleado
Ingredientes
225 gr de harina
15 gr de cacao en polvo
125 gr de azúcar
125 gr de mantequilla
3 huevos
75 ml de leche
1 cucharadita de levadura en polvo
1/2 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación
Mezcla la harina (previamente tamizada) con la levadura.
Separa las yemas de las claras (resérvalas). Introduce en un bol las yemas, el azúcar y la mantequilla y bate hasta obtener una mezcla uniforme. Incorpora la leche templada y mezcla de nuevo. Divide esta masa por la mitad y pon la otra mitad en otro bol distinto. En uno añades la esencia de vainilla y en el otro el cacao. Mezcla bien ambos boles para aromatizar convenientemente.
Bate las claras a punto de nieve y repártela en partes iguales en los boles. Mezcla bien sin batir para que no se bajen las claras.
Añade la harina poco a poco en cada bol y a partes iguales, mezclando bien pero sin batir.
Vierte en un molde rectangular, previamente engrasado con mantequilla y harina, a cucharadas las dos masas, alternando una sobre la otra.
Introduce en el horno, previamente calentado, a 150º durante 40 minutos (recuerda que cada horno es un mundo).
Retira del horno y déjalo templar antes de desmoldarlo. Puedes acompañar este bizcocho con una compota, mermelada o una bola de helado si el calor aprieta. ¡Que lo disfrutes!
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